Adiós
Los umbrales
De un canto agónico
El despertar tardío
de despedir la tarde.
Todo ha muerto
entre las sombras.
Ni un eco silencioso,
ni un leño queda
entre húmedas brasas
El payador risueño
ha decidido no cantar.
Papel
El poema avanza
entre las manos,
la sonrisa complice
desencadena las palabras.
Una mujer en la lluvia
aguarda un beso.
Un hombre sin tiempo
abraza a lo prohibido.
martes, 30 de octubre de 2007
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